La tartamudez puede superarse
Por lo general, la tartamudez comienza en los niños a una edad temprana, normalmente entre los 2 y los 4 años que es cuando ellos están comenzando a formar sus propios procesos de comunicación.

Cuando la tartamudez es detectada en la infancia, las posibilidades de recuperarse de ella por completo son enormes. Existen grandes personalidades muy conocidas por todos que habiendo detectado a tiempo su tartamudez, comenzaron su proceso de recuperación a una edad temprana, logrando salir adelante de esta enfermedad. Tal es el caso del actor James Earl Jones quien durante muchos años hizo la voz del conocido personaje Darth Vader en la serie de películas de "La Guerra de las Galaxias". Durante su adolescencia y siendo un enamorado de las artes dramáticas comenzó a recitar a solas y a campo abierto, las obras literarias de Shakespeare y gracias a ello pudo superar por completo su problema de tartamudez. Otros casos de reconocidos ex tartamudos son los de Bruce Willis, el hombre "duro de matar" del cine y Marilyn Monroe (q.e.p.d.), quienes durante muchos años
padecieron de tartamudez pero gracias a su amor por la actuación y a sus deseos de superación, lograron rehabilitarse por completo.

Es importante entender que existen muchos factores que pueden fomentar y promover la tartamudez en los niños si los padres no saben como abordar ese problema. Cuando los niños están aprendiendo a hablar, es muy normal y natural que desarrollen cierto tartamudeo al intentar expresarse. Muchas veces los padres por carecer de la paciencia suficiente o del amor propio necesario para entender a sus propios hijos, reprenden a los pequeños, les gritan o golpean por el hecho de escucharles tartamudear, sin saber que en lugar de fomentar la desaparición de la tartamudez, con seguridad la están afianzando más a nivel neuronal. 

Qué debe entonces hacer un padre cuando ve que su hijo tartamudea ?. 

Ignore la tartamudez de su hijo
Lo primero y más importante es no decirle ni reprocharle nada al niño cuando tartamudea. Con esto se busca no llamar la atención del niño sobre un poblema que probablemente el niño ni siquiera se haya dado cuenta de su existencia. Cuando a un niño que tartamudea se le castiga o reprime por ello, lo que se hace es que se le está agregando una tensión innecesaria para que pueda hablar correctamente, reforzando en él ese comportamiento que como padres quisiéramos que no presentara. 


Hable con calma con su hijo
Los padres y hermanos de un niño son por muchos años el ejemplo a seguir del infante. Como padres, se le debe hablar al niño con calma y de forma pausada y si es posible (porque hay padres que no saben lo que esto significa), se le debe hablar al niño con cariño y con ternura, para que de igual manera el pueda por imitación lograr hablar correctamente. De igual forma, evite interrumpir a su hijo cada vez que habla, sin importar lo que el niño esté tratando de decir. El niño debe aprender desde muy temprana edad que lo que él dice es importante para los demás y si usted como padre bloquea esa iniciativa, es probable que esté educando a un potencial adulto con problemas de tartamudez. 


No acose al niño con preguntas
En muchas ocasiones los padres se vuelven intrusivos en exceso y desean saber absolutamente todo lo que el niño hace en su día normal. De tal manera que simplemente acosan al niño con incontables preguntas algunas veces sobre los aspectos más minúsculos como "por qué te demoraste tanto en el baño ?". Un niño que vive bajo ese regimen interrogatorio puede sentirse presionado y estresado al ver que no tiene el más mínimo asomo de privacidad y es muy probable que refleje su temor tartamudeando y dicha conducta si se mantiene por un periodo de tiempo prolongado se volverá una constante cada vez que el niño desee hablar con otras personas. 


Ayude a su hijo a hablar fluidamente
Cada vez que su hijo haga algo bien hecho o incluso, medianamente bien hecho, aliéntele de manera positiva felicitándolo por sus logros. La mayoría de adultos que tartamudean fueron niños que recibieron muy poco afecto de sus padres o familiares más cercanos. Detrás de todo tartamudo se esconde la mayoría de las veces una gran falta de afecto y una muy baja autotestima ya que sus padres nunca les felicitaron por ninguno de sus logros por pequeños que estos fueran. Quienes somos padres cometemos muchas veces el enorme error de descargar nuestras propias frustraciones e incapacidades en nuestros hijos, ayudando a que sean tan solo hombres o mujeres disfuncionales que van con seguridad a repetir esa misma experiencia con sus propios hijos en una cadena que pareciera no romperse nunca. 


Si usted es padre de familia y está leyendo este artículo y tiene un hijo que padece de tartamudez, recuerde que en sus manos está buena parte de la curación para siempre de su propio hijo y para ello, lo invitamos a que ponga en práctica estas sencillas instrucciones.